Final Fantasy Eternity

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Historia:
Existe un mundo muy lejano… Un mundo donde hay un enorme continente, aparte del cual hay uno en el aire y otro bajo el mar. Ese mundo se llama Atma. Todos los poderes elementales de este mundo están determinados por el estado de cuatro Orbes, gobernados por los cuatro elementos: tierra, fuego, agua y viento. ¿Solo esos? No. Hay un orbe, el elemento de la energía, el cual está perdido en algún pliegue del tiempo. El quinto orbe se dividió en dos partes justo en el momento de desaparecer. La luz y la oscuridad, el equilibrio inalterable.

Atma está habitada por numerosas razas, incluyendo humanos, elfos, enanos, sirenas, dragones y robots. Cada raza tiene su propio pueblo, ya que muchas eran muy desconfiadas al principio de los tiempos, o tal vez porque necesitan unas condiciones específicas.

Hace 4000 años antes del inicio del juego, el pueblo Lefeinish, quienes usaron el poder del viento para construir aeronaves y una estación espacial gigantesca, fueron testigos de la caída de su país mientras que el orbe del viento se oscurecía. 200 años después, tormentas violentas hundieron un templo masivo que servía como centro de una civilización oceánica y el orbe del Agua se oscureció. Le siguieron los orbes de la Tierra y el Fuego, plagando la tierra con violentas llamaradas y devastando el pueblo mientras que las llanuras y la vegetación se deterioraban. Nadie prestaba atención más que a su propia vida mientras, desde la sombra alguien se iba haciendo más y más poderoso. Curiosamente de él se desconoce todo, lo único que los pueblerinos supieron era que si “contradecían al amo” el amo terminaría con ellos. Tal vez por eso le llaman “Sombra”. ¿Solo por eso? No. Posee los poderes del quinto orbe. Posee la oscuridad.

No hubo más que una profecía que muy pocos escucharon, y menos entendieron. Por eso quedó muy poca constancia, más quedó la suficiente.

Ahora, 4000 años después de la decadencia de Atma, poca gente lucha contra “Sombra”. Y aunque poca gente lo haga, el grupo de los “rebeldes” es muy numeroso, cuentan con más de cincuenta personas. Solo dos de ellos saben de la profecía. Si consiguen que los orbes vuelvan a brillar, todo volverá a ser tranquilo y tendrán posibilidad de vencer. Pero para ello necesitan el orbe de la energía. Y ese orbe está perdido. Pero Sango no se da por vencida y busca por todas partes, junto a Nami.

En la tierra, mientras tanto, corre el año 2010. Videoconsolas son las que pueblan el mundo de los niños y adultos, tecnología muy avanzada.

Ellos son seis. Miku, Len, Rin, Gumi, Luka y Meiko. No todos tienen la misma edad, y al principio no son ni amigos entre ellos. Miku, Gumi, Len y Rin van al instituto juntos, tienen catorce años, y ese día estaban en el lugar preciso en el momento preciso. Cantando en un karaoke, en Japón. Un “flash” y todo desapareció. Meiko estaba en la playa y Luka estaba ahogándose. Sin pensarlo se tiró a ayudarla. Un “flash” y todo desapareció.

Despertaron poco después en la cubierta de un barco pirata. Al mando del timón, Luffy, uno de los rebeldes, y arriando una vela, Sango. Además, también Nami, montada sobre la proa.

Nadie reconoció en ellos nada de lo que se consideraba “normal” en Japón, mas Rin y Miku enseguida se pusieron a hablar con ellos como si se conociesen de toda la vida. El gemelo de Rin, Len, desconfió un poco, y más Meiko quien no tenía ni la más mínima idea de quienes eran los “tipos esos” justo como Luka, que simplemente se ahogaba momentos antes.

Es Sango quien reconoce en ellos a “los de la profecía”. Cinco chicos y chicas, provenientes de un fogonazo de luz, aunque vestidos con ropa muy extraña. Pese a todo, ella no llega a descubrir su “verdadera identidad”.

En ellos está la esencia de los cinco elementos. En Miku está el agua, en Gumi, la tierra, en Luka el aire, y en Meiko, el fuego. ¿Y qué pasa con los gemelos? Ellos poseen el orbe de la luz.

Y en ese mundo cruel también hay aliados. Más del 80% de los robots son buenos y viven en Lefeinish, sin embargo no son ellos los que ofrecen refugio a los chicos, sino Kaito, un joven que convive con los robots y quien muchas veces deja a los rebeldes alojarse en su casa, es por eso que se quedan en esa casa a "vivir".

Sombra sigue al acecho. Tiene a los dragones bajo su control, igual que a la mayoría de elfos, Hadas, Humanos y sirenas. Sombra controla a casi todo el mundo y ellos le sirven como si de una diosa se tratase. Exceptuando su hijo. El hijo de Sombra "finge ser el chico malo" que su madre quiere que sea. Caprichoso y demás. El chico es un espía de parte de los rebeldes que en realidad se llama Chiaki Nagoya.

¿Podrán detener al misterioso “sombra”? ¿Descubrirán sus poderes? ¿Conseguirán superar los obstáculos? Ellos solos no pueden, no conocen este mundo, pero la resistencia está dispuesta a acoger a cualquiera que quiera pelear contra el mal.